Revista mensual de publicación en Internet
Número 45º - Octubre 2.003


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VIOLINES Y CHIRRIDOS

Sevilla, Teatro de la Maestranza. Temporada de la Real Orquesta Sinfónica de Sevilla. 19 de Septiembre. Nikolaj Znajder, violín. Juan Luis Pérez, director. Obras de Ravel, Tchaikovski y Schumann. 26 de Septiembre. Leonidas Kavakos, violín. Joseph Swensen, director. Obras de Brahms y Schumann.

Por Bardolfo.

LEONIDAS KAVAKOS

La decimocuarta temporada de la ROSS comienza, como viene siendo habitual en esta orquesta, con titulares en las páginas de la prensa en absoluto relativas a su nivel interpretativo: esta vez el motivo ha sido la súbita indisposición, el mismo día del concierto inaugural, del director titular, el francés Alain Lombard, aquejado de un síndrome vertiginoso que no le impidió volar hasta Paris. Es natural que, vista la eficacia del sistema sanitario del país vecino, el mareado director no quiera fiarse del tratamiento que pueda ofrecerle un médico local. Con él se llevó el primer programa por delante (Brahms, con el piano de Nelson Freire para el Concierto nº 2,  y Richard Strauss, con el célebre Así hablaba Zaratustra), aunque afortunadamente la gerencia tenía preparados a dos estupendos profesionales para las más que probables incomparecencias del galo.

        De ese modo, Juan Luis Pérez asumió la dirección del segundo programa (forzosamente primero) y Joseph Swensen la del tercero. Ambos contaron como solistas con dos extraordinarios violinistas, dos artistas de los que dejan huella en el aficionado: el arrollador Nikolaj Znajder y el más introspectivo Leonidas Kavakos. Del primero, con el Concierto para violín de Tchaikovski, impresionó sobre todo su pericia técnica, su fuerza y su poder de comunicación, a costa quizás de una expresividad algo ruda en algunos momentos, pero siempre impactante y alejada de manierismos. Kavakos, menos espectacular (se colaron algunas notas falsas en el por otra parte casi imposible Concierto para violín de Brahms), resultó sin embargo más rico en cuanto a matices expresivos, con un trabajo más interior, y pese a lo dicho antes destacó poderosamente en el dominio de los reguladores: sus etéreos pianissimos consiguieron acallar las toses de un público que sigue con problemas respiratorios, aunque se volcó con ambos solistas, que respondieron con sendas propinas.

        Si el nivel del violín fue excelente en ambas citas, la orquesta sevillana mejoró ostensiblemente con Joseph Swensen, un director que neutralizó lo peor de la formación (ese viento-metal que falló con Pérez) y dirigió una Sinfonía nº 2 de Schumann llena de fuerza y brío, con colores fuertes y gran carga emocional, logrando un sonido empastado como hacía tiempo que no se escuchaba en los programas de la ROSS. Con otro Schumann, la Sinfonía nº 1, Primavera, Juan Luis Pérez anduvo más perdido, y su agradable traducción careció del pathos necesario en una obra de aliento romántico. En la Pavana para una infanta difunta de Ravel se mostró buen concertador pero no excesivamente creativo, y su labor junto a Znajder fue por derroteros completamente diferentes a los del violinista, lo que se tradujo en un desequilibrio a favor del solista. Contrariamente, Swensen se plegó perfectamente a la labor de Kavakos, por lo que el resultado final fue necesariamente más redondo.

        Y de este modo comenzó la temporada; es necesario hacer una referencia al programa de mano, una hojilla con la lista de obras (y sus movimientos, afortunadamente) por una cara y una escueta biografía de los protagonistas de la velada por otra. Ninguna información sobre las obras a interpretar, ni adelanto de las próximas veladas, ni nada de nada. Parece ser que la nueva gerencia de la ROSS persigue, al igual que el Teatro de la Maestranza y que nuestro presidente Aznar, la búsqueda del déficit cero, y lo hace privando al aficionado de unas mínimas nociones sobre lo que va a escuchar. A los abonados les llega dicha información por vía postal una vez al mes, pero, ¿y los no abonados? ¿Y esas personas que por motivos laborales, o familiares, o por lo que sea, no pueden acudir a todos los programas, y por lo tanto no pueden abonarse a la temporada completa? ¿Qué pasa con los que por primera vez se acercan a escuchar a esa orquesta que es patrimonio de todos los sevillanos? Sólo hay una respuesta para eso, y la sabemos todos: Andalucía, imparable.

 

Página web de la ROSS: www.rossevilla.com