Revista mensual de publicación en Internet
Número 44º - Septiembre 2.003


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PROSIGUE EL CICLO BRUCKNER DE COLIN DAVIS
 

Por Angel Riego Cue. Lee su Curriculum.

          

Para la segunda entrega de su ciclo Bruckner, Colin Davis ha elegido una de las sinfonías menos divulgadas del mismo, la Sexta; recordemos que el pasado mes de abril comentamos la aparición de la primera grabación de esta serie, consistente en la Novena Sinfonía, una de las más conocidas de Bruckner. En realidad, la grabación de esta Sexta que ahora se publica se hizo unos días antes que la de la Novena (ambas en febrero de 2002), aunque parece que se prefirió comenzar editando la más conocida.

Tal como apuntábamos entonces, la London Symphony no es, por lo que se escucha en estos discos, una orquesta que posea el sonido "denso y germánico" que se asocia normalmente con Bruckner. En su lugar, todo está más suavizado, suena más dulce, hasta el punto que más bien parece Elgar que Bruckner, aunque la Sexta es una de las sinfonías a la que esta visión le puede sentar mejor, especialmente a su Adagio.

Y es en el Adagio, magníficamente interpretado, donde se alcanza posiblemente el punto más alto de esta versión, donde escuchamos a Davis entregarse plenamente e incluso canturrear la música en alguna ocasión (recordemos que las grabaciones son en vivo). El otro movimiento especialmente logrado es el Finale, con toda la grandiosidad esperable en la obra, pero sin rastro del estruendo en el que caen otros directores, pues el maestro inglés nunca pierde el refinamiento. En el debe de esta interpretación se puede anotar un primer movimiento correctísimo, pero que no acaba de entusiasmar, y un Scherzo lo menos "demoníaco" que imaginarse pueda; baste decir que al Celibidache de última época (considerado el paradigma de los directores lentos) este movimiento le dura 8:18 y a Davis le pasa de los 10 minutos; un tempo tan parsimonioso, con tanta dulzura, es posible que no guste a todo el mundo, cuando en este Scherzo se suele esperar algo más de "garra", pero la opción de Davis es también perfectamente válida.

En el capítulo de las comparaciones, los dos primeros puestos en cuanto a versiones de esta Sinfonía siguen ocupados, en mi opinión, por Klemperer y Celibidache (este con el mejor Adagio imaginable) y tras ellos viene Wand-NDR y luego algún otro como Barenboim (se entiende, su segunda grabación con la Filarmónica de Berlín; no la primera con Chicago, que es muy floja). Esta de Colin Davis podría medirse con los dos últimos citados, y al menos respecto a la de Barenboim quedaría en buen lugar. También podría compararse, debido al precio bastante económico de los discos LSO Live, con la del ciclo de Tintner para Naxos, que es algo más barata y está mejor grabada (ya dijimos al hablar de la Novena que los discos LSO Live no tienen una grabación a la altura de lo esperable hoy día); Tintner consigue una versión también parsimoniosa y en la línea de la tradición de Jochum o Wand, aunque las limitaciones de su orquesta neozelandesa queden al descubierto en un final algo charanguero, lo que inclina la balanza a favor de Davis.

En resumen, una de las más notables interpretaciones disponibles en disco en la actualidad de la Sexta de Bruckner, a la que puede preferirse alguna otra versión suelta pero más difícilmente alguna de las procedentes de ciclos completos. Si Davis logra completar esta serie Bruckner puede conseguir uno de los mejores ciclos existentes; esperemos que esta iniciativa del sello de la propia Sinfónica de Londres llegue a buen puerto, en un tiempo en que parece que los sellos grandes no se preocupan de proyectos tan ambiciosos como este.


REFERENCIAS:

BRUCKNER: Sinfonía nº 6
Orquesta Sinfónica de Londres
Director: Sir Colin Davis
LSO Live LSO 0022

Distribuidor en España: HARMONIA MUNDI
Página web:
www.harmoniamundi.com