Revista mensual de publicación en Internet
Número 41º - Junio 2.003


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PRODIGIOSAS LABÈQUE

 

Sevilla, Teatro de la Maestranza. 21 de mayo. Gershwin: Tres preludios (arreglo para dos pianos de Irwin Kostal). Maric: Exile para dos pianos, percusión y live electronics. Bernstein: West Side Story (orquestación de Irwin Kostal). Katia y Marielle Labèque, pianos. Colin Currie, percusión. Julio Barreto, batería. Dave Maric, live electronics.

 

Por Fernando López Vargas-Machuca.

Katia es desenvuelta, espontánea, impulsiva y un tanto felina. Marielle es serena, frágil y recatada. Juntas, las prodigiosas Labèque conforman un dúo pianístico ante cuyos encantos -y no sólo musicales, a pesar de la ya algo elevada edad de sus componentes- resulta difícil sustraerse. En su segunda visita al Maestranza -hace pocos meses escuchábamos a Katia en solitario acompañar en el jerezano Villamarta a la violinista Viktoria Mullowa-, presentaban las hermanas un atractivo programa que, venturosamente, atrajo a una buena cantidad de público joven, y que se saldó con un rotundo éxito.

La velada se abría con tres Preludios de Gershwin que interpretaron con singular acierto, poniendo de relieve no sólo los aspectos más jazzísticos de su escritura, sino también las referencias al mundo del impresionismo francés en el que las artistas tan admirablemente se desenvuelven. Seguidamente se ofrecía, en la que es la gira de su estreno mundial, el encargo realizado a Dave Marc (Bedford, 1970), a la sazón uno de los integrantes de la Katia Labèque Band. Bajo el título de Exile, se nos presentaba una página relativamente breve en la que pianos, percusión y toques de electrónica (interpretada en directo por el propio autor) planteaban un fresco sonoro más cercano al "New Age" que a la música contemporánea. Nada del otro jueves, y quizá algo pobre en el desarrollo de un discurso que se iniciaba con gran atractivo, pero la escucha resultó agradable merced a una interpretación llena de entusiasmo y credibilidad en la que deslumbró el percusionista Colin Currie.

Obviamente lo mejor estuvo en la segunda parte, con los estupendos arreglos realizados por Irwin Kostak para dos pianos y percusión de esa maravilla llamada West Side Story, la obra maestra de Leonard Bernstein. Se trata de una propuesta muy completa en la inclusión de números musicales (sólo echamos de menos "Officer Krupke") y por lo general muy respetuosa con el original, salvo determinados momentos reservados para la improvisación. Una lástima que la grabación, realizada hace años para Sony, sea hoy muy difícil de encontrar. En la interpretación sevillana pudo discutirse algún que otro tempi, pero el talento de las Labèque (sobre todo de la fogosa Katia), del batería Julio Barreto y del citado Colin Currie nos engancharon desde la primera hasta la última nota. ¡Que vuelvan pronto!

 

Web de las Labèque: www.labeque.com

Web de la Katia Labèque Band: www.katialabeque.com