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Número 39º - Abril 2.003


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Oscars Musicales 2

Por Carlos Infante.

Extraña Ceremonia de los Premios de la Academia de Artes y Ciencias Cinematográficas la que hemos tenido este año: la 75 Ceremonia marcada por la Guerra que nos ha dejado cuatro premios en lo que a música se refiere.

 

Como había anunciado la presente edición de los ‘Oscars’ era de muy difícil pronóstico, incluso apara los que estamos acostumbrados e iniciados en estos premios. En mi caso los errores en el pronóstico rozaron lo vergonzoso, pero uno no es adivino, es un comentarista que interpreta los datos que están a su alcance. Nada más y nada menos.

 

El primer punto a destacar es el apartado de ‘Mejor Película’ que ha recaído en la adaptación del musical CHICAGO, como había pronosticado. Un musical gana de nuevo este galardón tan importante, circunstancia que no sucedía desde 1968 con OLIVER, o desde 1984 si contamos AMADEUS como musical.

 

Cómo les he comentado el pasado mes, CHICAGO es un excelente musical y una excelente película que a diferencia de la fascinante MOULIN ROUGE guarda las formas clásicas del género, sin por ello dejar de innovar en algún que otro aspecto, pero como he dicho siempre dentro un clasicismo formal.

 

Particularmente considero este premio como un acierto, como un premio muy merecido y a la vez la esperanza, no demasiado fundada ciertamente, de un posible renacer del género. Sería una de las mejores noticias que puede darnos el cine: la vuelta del musical a las pantallas, poder ver nuevas síntesis perfectas entre música e imagen, historias llenas de fantasía donde el sonido resulta el elemento esencial. Pero como digo no lo veo precisamente muy probable, tiempo al tiempo.

 

 

 

El segundo premio relacionado con la música es el de ‘Mejor Director’ que contra todo pronóstico ha ido para Roman Polanski por su película EL PIANISTA. Nuestros lectores han tenido una completísima información sobre esta película en la crónica de Angel Riego, así que yo me limitaré a reseñar el hecho en si mismo y poco más.

 

La sorpresa de este premio radica en dos circunstancias: de una lado el Premio del Sindicato de Directores que salvo en seis ocasiones ha coincidido siempre con el Oscar al ‘Mejor Director’ fue para Rob Marshall por CHICAGO. En segundo lugar Polanski es considerado por la justicia americana como fugitivo y pesa sobre el una orden de detención por una presunta violación desde hace más de veinte años, por esta razón no estaba presente en la Ceremonia.

 

En cuanto a su calidad como director en EL PIANISTA hay que reconocerle un gran mérito por la corrección y convicción que logra en su narrativa cinematográfica, por la capacidad para trasmitir una vivencia tan intensa como ha sido la vida durante la ocupación alamena del pianista Wladyslaw Szpilman magistralmente interpretado por Adrien Brody (quien también contra todo pronóstico se alzaba con el Oscar al ‘Mejor Actor’). Particularmente se lo habría dado a Rob Marshall, pero yo no voto y los miembros de la Academia han decidido que Polanski era la persona adecuada.

 

Ya centrándonos en lo que a la música propiamente dicha se refiere, encontramos el premio a ‘La Mejor Banda Sonora Original’ que ha ido a las manos de Elliot Goldenthal por FRIDA tal y como estaba previsto. Si recuerdan el pasado mes a propósito de este apartado les decía: ‘"Frida" de Elliot Goldenthal suena como posible vencedora por haber ganado el Globo de Oro, porque Goldenthal no tiene aún ningún Oscar, porque es indudablemente una composición de calidad que se ajusta como un guante a la fantasía de FRIDA. Contiene unos toques muy étnicos, muy fáciles al oído del no iniciado (no olviden que no sólo votan los compositores, votan todos miembros de la Academia). No quiero decir con esto que estemos ante una mala banda sonora, más es, creo que es uno de los grandes aciertos de la película. Pero no se hasta que punto es ‘la mejor’ de las cinco nominadas. Si me apuran creo que no lo es, pero la calidad no guarda relación directa con el premio y mi obligación es apuntarles que suena entre las favoritas con especial énfasis. Veremos que sucede la madrugada del 23 de Marzo.’

 

Lo que sucedió el 23 de Marzo es que Elliot Goldenthal ganó el Oscar, pese a que mi favorita y posiblemente la mejor era CAMINO A LA PERDICION de Thomas Newman, pese a que ATRAPAME SI PUEDES de John Wiliiams es una composición colosal, aunque las cinco estatuillas de su autor pesan demasiado para estos premios. Así son los Oscars y así hay que aceptarlos.

 

 

 

Finalmente lo más sorprendente de la noche, el Oscar a la ‘Mejor Canción Original’ que fue otorgado a "Lose Yourself" de 8 MILLAS, que por razones desconocidas ni tan siquiera fue interpretada durante la ceremonia, ni contaba con la presencia de Enimen en el auditorio. Misterios de la vida que uno no alcanza a entender.

 

En estas mismas páginas electrónicas decíamos sobre esta candidatura: ‘"Lose Yourself" de "8 Millas" que no creo tenga opciones. Más bien ha de considerarse como un premio de consolación para Enimen, quien con esta ‘Nominación’ ve agradecido y valorado su debut en el mundo del cine. Lo cierto es que si olvidamos su nula expresividad a la hora de interpretar, no lo ha hecho nada mal este rapero blanco que triunfa en un tipo de música dominada absolutamente por la población de color. Más es, para alguien tan lejano al ‘rap’ como yo, este "Lose Yourself" resulta perfectamente audible, lo que no deja de ser un logro. Contentar a los fieles seguidores puede resultar muy sencillo, seducir a quienes no siguen este tipo de música es muy diferente.’

 

Por más vueltas que le doy, sigo sin entender como pudieron darle el Oscar a esta canción máxime cuando sin ir más lejos teníamos "The Hands That Built America" de GANGS OF NEW YORK creada por U2 o "I Move On" del musical CHICAGO, que a la larga sería la película triunfadora del año.

 

No hay más, tan sólo reafirmar de nuevo que los premios de este año han sido tan extraños, y en ocasiones sorprendentes, como las misma Ceremonia, que tal vez por la guerra, ha quedado en segundo plano, en una discreción absolutamente inusual. El año que viene más, y esta vez si esperemos que mejor.