Revista mensual de publicación en Internet
Número 32º - Septiembre 2.002


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Busby Berkeley o la Esencia del Musical

Por Carlos Infante.

     Si tengo que definir mis gustos en cuanto al cine se refiere, junto al 'cine negro' se encuentra el musical, posiblemente el género más cinematográfico de cuantos existen, fundamentalmente por las inmensas posibilidades que ofrece a la hora de tratar la historia de forma 'irreal'. Hasta hoy nunca les había hablado de este tipo de cine, fundamentalmente por el escaso interés que despierta en el aficionado español, aunque últimamente, por suerte, los musicales comienzan a triunfar entre nosotros.

En este primer acercamiento al cine de música y canciones quiero hablarles de un genio indiscutible sin el cual el musical no sería tal y como lo conocemos hoy en día, y puede que ni hubiese existido. Me refiero naturalmente a la figura de Busby Berkeley.

Como bien saben, la aparición del sonoro, con Al Jolson como protagonista del primer film parcialmente hablado, trajo consigo el fenómeno de las películas 'cien por cien habladas, cantadas y bailadas'. Todos los estudios se lanzaban al musical de cabeza, pero la calidad no brillaba por su presencia. Son películas entrañables, donde estrellas del cine intentan hacer su número pero poco más. Es lo que se llama 'El musical de la edad de piedra'.

En estas circunstancias en tres años la moda musical no daba más de sí, pero llegó a Hollywood un genio creador y revolucionó todo lo conocido hasta el momento. Primero como coreógrafo de las películas de Eddie Cantor, consiguiendo colocarse cuatro años consecutivos entre el número uno y el dos en las recaudaciones anuales.

Suelo ver con cierta frecuencia THE KID FROM SPAIN y sigo tan fascinado con números como "But We Must Rise" (el prólogo del film) como el primer día que conocí este film. Es precisamente en "But We Must Rise" donde encontramos toda las claves del cine de Berkeley. El número musical es de por sí, una historia con autonomía dentro de otra historia. Encontramos también su gusto por las coristas, que no eran precisamente acordes al canon de belleza de aquellos años. Encontramos su erotismo desmedido y contenido, que ya le traía serios problemas con la censura. Finalmente, como no podría ser de otra forma, encontramos las celebérrimas composiciones calidoscópicas que ha sabido mover como nadie a lo largo de la historia del cine.

Inmediatamente después llega LA CALLE 42, el intento de la Warner por sumarse al musical cuyo resultado no puede ser mejor. Un cine alejado de aquellos escenarios donde la felicidad reinaba por doquier, centrado en la gran depresión, en la dificultad de las aspirantes para lograr su sueño. La película culmina con uno de los números musicales mas famosos de la historia del cine y a la vez más extraordinarios e innovadores. De aquí Ruby Keeler pasaría directamente a la posteridad e imortalidad. 60 años después casi todo el mundo ha visto esa secuencia, casi todo el mudno ha escuchado esa canción.

Un éxito al que hay que añadir, naturalmente, nombres como el compositor Harry Warren y el letrista Al Dubin, que formarían, con Berkeley, un trío de ases inigualable hasta la fecha aportando títulos como: VAMPIRESAS 1933, DESFILE DE CANDILEJAS, ALTAR DE LA MODA, WONDER BAR y MÚSICA Y MUJERES. Películas más o menos cuestionables, pero musicales deliciosos e inolvidables.

Así llegamos a la culminación de este periodo con GOLD DIGGERS OF 1935, película dirigida por el propio Berkeley (háganse una idea de su éxito que dirigía sus películas), sin gran acierto, pero que incluye un número musical que justifica una película e incluso una carrera profesional: "Lullaby Of Broadway", más de 13 minutos que narran la vida diurna y nocturna en Nueva York.

De nuevo una historia dentro de otra, una visión modélica de la doble vida en la gran ciudad, un alarde de ingenio, de perspectivas imposibles, de fantasía increíble, donde escenarios colosales aparecen vacíos para posteriormente llenarse con cientos de coristas y bailarines. Un deleite infinito que no canso de ver, una y otra vez. Una demostración de que el cine, pese a todo es, de vez en cuando, ese arte que hace vibrar al espectador, que hace que amemos más la vida con más fuerza. "Lullaby Of Broadway" es el mejor número musical de la historia del cine, o al menos uno de los dos mejores.

Podríamos seguir comentando película a película, por ejemplo con THE GANG'S ALL HERE, esa fantasía en color que incluye delicias como The Lady In The Tutti Frutti Hat (el número de 'las bananas' para entendernos); pero no quiero cansarles. Busby Nerkeley y su cine es un tema para iniciados que previsiblemente no resulta muy interesante para a mayoría de los lectores de esta sección.

Mi intención ha sido llamarles la atención sobre Busby Berkeley un nombre tan importante y fundamental como injustamente tratado por la industria del cine, por ese género musical que tantísimo le debe y que nunca se lo ha agradecido. Si tienen ocasión de acercarse a su obra, no dejen de hacerlo. Descubrirán algo diferente, descubrirán posiblemente, al creador de un estilo conocido por ustedes.

Nada más por hoy, tan sólo recomendarles ROAD TO PERDITION, la película y la magistral banda sonora que este mes les comenta nuestro compañero Joaquín. En nuestra próxima entrega les abordaremos otro tema vinculado con el fascinante campo de la música y el cine. No se lo pierdan. Hasta entonces les deseo un muy feliz mes.