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Número 23º - Diciembre 2.001


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LORD OF THE RINGS - Howard Shore

Por David Doncel.

La elección personal de Howard Shore por parte del director de esta nueva trilogía de "El señor de los anillos", Peter Jackson (la verdadera apuesta de la productora era la del oscarizado James Horner), produjo muchas dudas en gran parte de los aficionados del género en su momento.

Era normal llevarse las manos a la cabeza cuando se pensaba en Shore para realizar tan impresionante tarea. Shore es un compositor con una brillantez fuera de toda duda, tal y como lo demuestran obras tan exquisitas como "Looking for Richard", "Crash", "Videodrome", "Scanners", o "El Silencio de los Corderos"; pero todas ellas son composiciones alejadas del planteamiento "titánico" que representa una trilogía tan aclamada por millones de lectores del mundo entero.

Por ello, a los ojos de cualquier entusiasta de la 'Tierra Media', Shore no era el más ajustado para cumplir esta tarea. Tampoco Horner me hubiera parecido una elección idónea, siempre dominado por su costumbre de materializar todo sonido de acción en una percusión sin sentido, como es el caso de "Willow".

Jackson sabia perfectamente el porqué de su elección. Conocía la necesidad de remarcar ese aire asfixiante que supone ser perseguido por los reyes oscuros, los jinetes cubiertos de una gran túnica negra. Deseaba crear un mundo sonoro propio que estableciese inequívocamente una distinción entre oscuridad y luz.

Después de escuchar el CD (simplemente una pieza demostrativa de la cantidad de música que Shore ha escrito para esta primera parte), no podemos estar más de acuerdo con la elección de Jackson, y por supuesto con el hecho de que la luz y la oscuridad estén plenamente diferenciadas en la partitura.

La mayor parte de la composición está dominada por el terror, el pánico y la oscuridad. Prueba de ello son las impresionantes masas corales que Shore utiliza para describir las continuas encrucijadas que los Señores Oscuros tienden, bien a los desvalidos Hobbits, bien a la Comunidad del Anillo. Es sin duda la oscuridad la gran protagonista de este festín musical.

Ya en menor medida encontramos el sonido celta, que en principio parecía destinado a ser el claro exponente de los pentagramas del compositor. Este aire celta describe el mundo de los hobbits para, después, prolongarse en la aparición de una Enya deliciosa en su actuación, recordándonos los mejores momentos de esta antigua cantante de Clannad. "The Council of Elrond" es el claro ejemplo de la unidad tan perfectamente ejercitada entre Enya y el compositor.

"The Bride of Khazad Dum" y "May it Be" pueden considerarse los platos fuertes del disco (con el anterior "Council of Elrond"), y, desde luego, no pueden resultar más diferentes. Si comparamos el trabajo de Shore con el anterior de Leonard Roseman para la película de Ralph Baskin (una delicia incomprendida que no pudo ser terminada por falta de presupuesto debido a su fracaso comercial), Shore gana el partido de lejos. Shore es un compositor muchísimo mas brillante que Rosenman, ya que su estilo, aunque definido, goza de una versatilidad rara vez escuchada antes.

En cambio Rosenman sufría de lo contrario: no tener ningún tipo de versatilidad. "Robocop 2" suena a "Star Trek IV", y ésta a "El Señor de los Anillos". Tal vez Rosenman consiguiera con esta obra su momento más brillante, pero lejos, muy lejos del conseguido por Shore, quien no sólo se ha preocupado por la forma de su creación, sino también del contenido, investigando el lenguaje creado por Tolkien para crear este delicioso mundo musical.

Estamos ante la gran obra que todos esperábamos, que tendrá su plena medida con las magníficas imágenes que nos ha preparado este genio neozelandés llamado Peter Jackson.

Finalmente, señalarles que esta obra no quedará fuera de la polémica, algo que ya ha ocurrido con "Titánic". El motivo tal vez radique en la naturaleza del ser humano, y más concretamente del aficionado a la banda sonora (entre los que me encuentro): la impresionante campaña mediática a la que estamos siendo sometidos a base de 'hobbits', elfos y demás población de la 'Tierra Media' puede provocar un rechazo que se traduce en el menosprecio de este soberbio resultado musical, el que Shore ha creado para esta cinta.

En resumen, Shore ha creado una pieza difícilmente igualable, con sabor propio. Si alguien quería un "nuevo Conan" o un "nuevo Willow", ya lo tiene con este CD. "LORD OF THE RINGS" es un viaje muy distinto, un viaje al mundo mágico de Shore.

David Doncel