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Número 19º - Agosto 2.001


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SONY CLASSICAL,
REINA DEL
CROSSOVER 

Por "Don Profondo".

 

Los tres discos que presentamos son muy representativos de la tendencia del mercado a explotar con mayor intensidad el campo del “crossover”, esa tierra de nadie donde lo clásico y lo no clásico se encuentran y funden/confunden de manera harto provechosa para las casas discográficas, que encuentran aquí un filón para hacer frente a la profunda crisis de ventas. Sony Classical es quizá la que más decididamente se ha decidido por tal opción, hasta el punto de que actualmente son más numerosos sus lanzamientos en este campo que en el propiamente clásico. La cara negativa de tal circunstancia es obvia, pero posee también un lado positivo: este tipo de productos pueden crear nuevos aficionados, lo que a la postre es beneficioso para todos.

Por ejemplo, serán muchos amantes del jazz o del pop los que compren Creation atraídos por su intérprete, el excepcional saxofonista Branford Marsalis, hermano del no menos soberbio trompetista Wynton y colaborador habitual de figuras tan diversas como Sting o el cinematográfico Jerry Goldsmith (memorable su labor en el filme La Casa Rusia). Para que piquen, se incluyen los inevitables arreglos de la Gymnopedia nº 3 y de la Pavana para una infanta difunta, pues de un monográfico en torno al impresionismo y postimpresionismo francés se trata. Pero claro, ahí también están, ejerciendo una irresistible seducción hacia lo puramente clásico, el Concertino da camera de Ibert, o la suite Scaramouche y La Création du monde de Milhaud en sus versiones originales para saxofón y orquesta: músicas no de primera pero sí muy interesantes, genialmente interpretadas. Por ello es éste un disco mucho más acertado que el anterior de Marsalis para el mismo sello, Romances for saxophone (1986), pues aquél -siendo muy hermoso- se limitaba a presentar arreglos de páginas conocidas. La Orquesta de Cámara Orpheus, de la que se tiene muy pocas noticias desde que Deustche Grammophon dejara de interesarse por ella, está fantástica tanto en sus acompañamientos como en las piezas “de relleno” que aborda sola. Una asombrosa toma de sonido termina de redondear un compacto altamente recomendable para todos.

El siguiente disco entra más propiamente en el “crossover” que el anterior, muy clásico en el fondo. West Side Story Suite es su título, y en la carpetilla encontramos numerosas fotos del joven violinista Joshua Bell, una de las nuevas figures de la casa, luciendo un atractivo físico en plan “joven-rebelde-pero-formal”. Puro marketing. La gracia está en que el producto es, con ciertos reparos, muy bueno. Los arreglos realizados por William David Brohn del citado musical y de dos páginas de On The Town (Un día en Nueva York, para entendernos) son francamente originales, presentando una construcción orgánica que se apartan de la habitual yuxtaposición de melodías. Por el contrario, el de John Corigliano para “Make our garden grow” de Candide resulta algo pretencioso: tiene que notarse que es un “gran compositor”, para algo estrenó una ópera en el Met y ganó un oscar por El violín rojo. Y la Serenade, que ocupa la mitad del compacto, es una página de relativa importancia dentro de la producción de Bernstein, que escuchada en una gran versión no sólo no aburre -a Lenny nunca se le dio bien el género “serio”- sino que llega a enganchar. Es el caso. En su habitual nivel la Philarmonia e irreprochable la labor de David Zinman, que parece servir lo mismo para un roto que para un descosido. De nuevo toma sonora de lujo.

Y llegamos al último y menos clásico de los tres discos que presentamos. Se trata del mayor éxito de Broadway de los últimos tiempos: The producers, con música y libreto de... Mel Brooks. Sí, el director de El jovencito Frankenstein ha remontado el bache de sus últimos años -pocas y muy malas películas, a decir verdad- reelaborando su primer largometraje, Los Productores (1968). No es la primera vez que sale un musical de un filme: recordemos el caso de Gigí, o, mucho más recientemente, Victor/Victoria. Sin embargo, no es tan usual que la obra de origen no fuera musical; el caso más famoso es quizá Chicago, basada en Roxie Hart, una antigua comedia con Ginger Rogers. Sea como fuere, lo que convierte esta obra en algo excepcional es haber acaparado nada menos que doce (sí, doce) premios Tony. Todo un logro, ya que hasta ahora el record lo ostentaba Hello, Dolly! con diez.

Retomando tres canciones que compusiera para la antigua película -que, insistimos, no era musical-, siguiendo fielmente la trama de la misma y cayendo sólo puntualmente en su habitual sal gorda, Brooks ha creado una obra amena, divertida y de gratísima escucha, si bien no especialmente inspirada. Entonces, ¿dónde reside la clave para tanto premio? Bueno, aquí no podemos juzgar la vertiente escénica, pero por lo que se escucha sospechamos que lo que la ha hecho triunfar haya sido su sincero y rendido homenaje al musical clásico de Broadway. A los musicales clásicos, habría que añadir, pues aquí hay un poco de todo. Matthew Broderick canta de manera aceptable y en escena, probablemente, superará al Gene Wilder de la película. Nathan Lane, por su parte, es un actor casi con tanto gancho como Zero Mostel, que allí bordaba el papel. Fantásticos los secundarios. Excelentes arreglos, sonido sensacional. Espectacular página web. ¿Un disco para la historia? Ni idea, pero yo me lo he pasado en grande escuchándolo y lo recomiendo vivamente. Lástima que el libreto esté sólo en inglés. 

Satie: Gymnopédie nº 3
Debussy: “The Little Shepherd” y “Golliwogg's Cake-Walk” de Children's Corner
Ravel: Pavane pour une infante défunte
Milhaud: La Création du monde; Sorocaba (Saudades do Brasil nº 1); Scaramouche, Suite for Saxophone and Orchestra; Corcovado (Saudades do Brasil nº 7); Sumaré (Saudades do Brasil nº 9); Laranjeiras (Saudades do Brasil nº 11).
Fauré: “Pie Jesu” del Réquiem.
Ibert: Concertino da camera para saxofón alto y orquesta.
Orquesta de Cámara Orpheus.Bradford Marsalis, saxofón. 68’.
Sony Classical SK 89251.

 
Bernstein: West Side Story Suite;
Lonely Town” y “New York, New York” de On the Town;
“Make Our Garden Grow” de Candide;  

Serenata para violín solista, cuerda, arpa y percusión sobre “El Banquete” de Platón.

Arreglos de William David Brown y John Corigliano.  

Joshua Bell, violín.  

Philarmonia Orchestra, David Zinman. 61’.  
Sony Classical, SK 89358.

The Producers, Original Broadway Cast Recording.  
Música y libreto de Mel Brooks.
Orquestaciones de Doug Besterman, dirección musical de Patrick S. Brady.  

Con Nathan Lane, Matthew Broderick, Gary Beach, Candy Huffman y Brad Oscar. 72’.  
Sony Classical, SK 89646.