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Número 17º - Junio de 2.001


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ARGUMENTO Y LIBRETO, FACTORES IMPORTANTES PARA OPERAS PUCCINIANAS.


Por Li-Ching Wang. Lee su curriculum.


Giacomo Puccini

Puccini produce sus óperas a intervalos muy largos, pero a la vez, bastantes regulares. Este peculiar aspecto se debe a la lentitud en buscar un nuevo argumento, y de elaborar un libreto una vez encontrado éste. El fracaso de su segunda ópera "Edgar" le hizo entender hasta qué punto era importante un buen libreto para una ópera y le convirtió en el hombre más difícil para los escritores.

El maestro es sumamente exigente con sus libretistas hasta en el más mínimo detalle. Nunca está satisfecho, exige modificaciones constantemente, vigila los matices menores para que la elección de los términos esté conforme con sus previsiones y ordenados según su lógica. Que todo responda, en suma, con precisión, al inmenso boceto por él trazado para que su realización musical sea posible. Tratar con él es una pesadilla para libretistas poco abnegados.

Para no repetir el error cometido con Edgar, Puccini trabajaba con ocho colaboradores simultáneamente (incluyendo el propio Puccini y Ricordi) para adaptar la novela de Abbé Antoine François Prevost d'Exiles a libreto de Manon Lescaut. Fue la primera ópera en la que el maestro eligió el argumento, aunque Ricordi intentó cambiar su idea por temor a la comparación con Massenet. Puccini discutió este proyecto en otoño de 1889 con Ruggiero Leoncavallo y se pretendía hacer una opera a estilo "Carmen", pero su esbozo no convenció a Puccini. Más tarde en 1890 el maestro encargó oficialmente al prestigioso escenógrafo Marco Praga para escribir el libreto con la colaboración del poeta Dominico Oliva para los versos. Al principio Ricordi y Puccini aceptaron el borrador de Praga, pero unos meses después, el maestro ya no estaba contento con la concepción y distribución de los actos, eran casi idénticos a los de la versión de Massenet. Por tanto, pidió eliminar el segundo acto, sustituirlo por el tercero y buscar una situación dramática apasionada para éste. Praga no aceptó tal modificación y dejó el proyecto. Oliva siguió las instrucciones de Puccini, cambió todo. Sin embargo, al final se cansó de tantas modificaciones a cada momento. Llegados a este punto, Luigi Illica y Giusppe Giacosa, contratados por Ricordi, retomaron el trabajo. En realidad, Ricordi, Illica y Giacosa son, entre los colaboradores, los que demostraron siempre tener más paciencia, y por tanto construyeron la mayor parte de concepto y detalles del libreto según la exigencia de Puccini. No obstante, eso no significa que no hubiese dificultades y discusiones. Illica llegó a hartarse y le confesaba a Ricordi en 1893 "En cuanto a Puccini, tengo que comunicarle que, con toda franqueza entre nosotros dos, las cosas no marchan bien..." Fueron tiempos difíciles. Al final, los cuatro superaron todo y finalizaron felizmente el proyecto. Una vez terminado el libreto, se convocó a todos los participantes en Milán para decidir quien iba a figurar como autor y la propuesta fue o todos o ninguno. Nunca llegaron a un acuerdo.

El estreno, que demostró la importancia de un buen libreto, obtuvo un gran éxito que pronto se extendió fuera de Italia. La situación financiera de Puccini cambió por completo, y le permitió el lujo de construir su propia finca en Torre del Lago. Sin embargo, el maestro todavía no estaba satisfecho y Giuseppe Adami tuvo que añadir algunos versos aprovechando de la representación de esta ópera en conmemoración del trigésimo aniversario de la Scala de Milán.

Podemos decir que Manon Lescaut inaugura el verdadero teatro Pucciniano porque en las producciones posteriores Puccini atormentó incansablemente a los libretistas con continuas indicaciones de modificaciones, cambios y correcciones.

Después de "Manon Lescaut", el problema de los libretistas fue solucionado por Ricordi. Éste le proporcionó un "equipo" de libretistas formado por Luigi Illica, que trabajaba en los diálogos, y Giuseppe Giacosa, en lo concerniente a los versos. El primer resultado de la cooperación es "La Bohème", basado en la novela de Henry Murger "Scènes de la vie de Bohème." Pocas veces se ha dado en la historia de la ópera una adaptación tan diferente en espíritu de un texto literario a un libreto operístico como en el caso de La Bohème. Puccini exigía modificaciones continuamente, añadiendo escenas, eliminando escenas, reestructurando escenas, o actos enteros. Fueron muchas las veces que condujo a sus libretistas al borde de la desesperación. La elaboración del libreto era tan laboriosa que Illica, Giacosa, el propio Puccini e incluso Ricordi trabajaron más de dos años en ello, quedándole a Puccini apenas ocho meses para componer la música. No obstante, las modificaciones introducidas tienen como resultado uno de los libretos más exquisitamente narrados de la historia de la opera. De hecho, todos los episodios de la opera fueron colocados en lugares concretos con el fin de crear una continuidad en la narración que no existe en la novela.

Principalmente el argumento de La Bohème está basado en la novela de Murger. En el libro, los personajes centrales son Schaunard, Rodolphe, Marcel, Colline, Musetta y Mimi. No obstante en la novela hay otro personaje femenino, Francine, que no aparece en la opera, pero sí su historia - muere tísica al igual que Mimì. La historia amorosa que en la ópera se atribuye a Rodolfo y Mimì no procede de la novela, puesto que esta Mimì muere tísica pero en un hospital y Rodolfo no recibe la triste noticia hasta varios días después. Sin duda ninguna, a Puccini no le interesa nada este final, por lo que el compositor y sus libretistas deciden concluir la opera de otra forma. Después de tantas modificaciones encontramos que las únicas escenas de la ópera que corresponden a la Mimì de la novela son las del segundo acto, ya que las del primer acto y las del tercero son creaciones de los libretistas. Las del último acto sí corresponden a la historia de Francine.

El éxito final de esta obra demostró una vez más la importancia de un buen libreto.

Cuando Puccini descubrió, gracias a Fontano, el libretista de "Le Villi" y "Edgar", la obra de teatro de Saudau "La Tosca", escribió a Ricordi proponiéndole que arreglase el tema de los derechos de autor para poder trabajar en este nuevo proyecto. Sin embargo, el asunto no siguió adelante, porque por una parte Ricordi todavía no confiaba en el joven Puccini que hasta entonces solo había escrito dos óperas con poco éxito, y por otra parte Sardau no creyó bueno dar su autorización a un compositor entonces desconocido. Mientras tanto, Puccini trabajaba en "Manon Lescaut" y "La Bohème". Unos años más tarde Ricordi, consideraba que el entusiasmo de Puccini se había enfriado, arregló "Tosca" para Alberto Franchetti y Luigi Illica. No obstante, la reunión de Franchetti e Illica con Sardou en París, y la presencia de Verdi en la reunión, despertó el interés de Puccini. Se escudó en el éxito de Manon Lescaut para dirigirse a Ricordi y rogarle que le dejara componer esta ópera. Ricordi, confiando en que Puccini pudiera tener más éxito, disuadió diplomáticamente a Franchetti de musicalizar el drama para que Puccini compusiera la música e Illica escribiera el libreto.

Las dificultades surgieron desde principio. El maestro no dudó en ningún momento en reducir la obra de Sardau para adaptarla a su ópera. Se pasó de 5 actos a 3, y de 23 personajes a 9. Por otra parte, Giacosa, llamado en plan de ayuda y revisar el texto, tuvo grandes reservas acerca de la elección del tema y su falta de poesía. Escribió a Ricordi "Es un drama de grandes hechos emocionales, sin poesía, .... el primer acto no es más que una sucesión de dúos, el segundo lo mismo ... y el tercero es un interminable dúo... En el drama de Sardou todo está concebido para una sola interprete ... Traer más carne al personaje de Scarpia para el equilibrio general es un absurdo..." Con toda la diplomacia y la habilidad de que Ricordi y Puccini eran capaces negociaron y discutieron con Illica durante cerca de tres años para sacar un libreto valido.

No obstante, esto no era todo. Tras la primera visita a Sardou, el compositor volvió a visitarle en enero de 1899 para discutir sobre el último cuadro para el cual el dramaturgo quería que Tosca se precipitara al vacío desde el castillo y cayera en el río Tiber, cosa que era imposible geográficamente. Al final, Puccini logró imponer su concepto de un desenlace más viable y disuadir a Sardou de hacer pasar el Tiber entre el castillo de San Angelo y San Pedro.

Por otra parte, el cuidadoso compositor fue a Roma para estudiar el sonido de las campanas de las iglesias, hablar con un cura sobre la liturgia para el "Te Deum", y consultar a Luigi Zanazzo, poeta y bibliotecario, sobre el verso de las canciones pastorales. Entre el compositor, los libretistas y el editor, consiguieron una obra maestra llena de tensión de la que Sardou llegara a decir que le habían dado a la obra el completo adecuado e incluso que la ópera superaba al drama original. Tosca, como "Manon Lescaut" y "La Bohème", se convirtió en una ópera internacionalmente conocida y obra de repertorio de todos los teatros del mundo.

La elección del argumento, la elaboración y revisión del libreto de Madama Butterfly fueron un caso especial. Aunque Puccini no entendía inglés, la obra teatral de David Belasco "Madama Butterfly" le dejó una profunda impresión cuando el compositor la vio en Londres en 1900. El compositor fue enseguida a ver el autor, le di un abrazo con lágrimas en los ojos y le rogó que le concediera autorización para poner música a ese argumento que tan profundamente le había emocionado. Belasco aceptó enseguida porque, decía el dramaturgo, es imposible hablar de negocios con un Italiano apasionado que tiene los ojos llenos de lágrimas y que pone los brazos alrededor de tu cuello. Al año siguiente Puccini mandó la obra traducida al italiano a Luigi Illica y Giuseppe Giacosa, junto a ellos convenció a Ricordi este proyecto.

La historia de una geisha abandonada fue relatada por primera vez por John Luther Long en 1898. Sin embargo, el final de la obra de Belasco y de la ópera de Pucicni fue modificado por razones teatrales. No habrá otra forma más conmovedora de terminar con el suicidio de Butterfly, como decía Puccini "En la pieza de Belasco hay muchas mejoras, sobre todo el final."

Después de años de trabajo y con algunas complicaciones como el problema de salud de Giacosa en el mayo de 1901 y el accidente de coche que sufrió Puccini en el 25 de Febrero de ese mismo año, terminaron el libreto en dos actos muy largos, el primero duraba 55 minutos y el segundo una hora y media. En el curso de la composición, el compositor se vuelve cada vez más interesado por el tema oriental, incluso hablaba con la mujer del embajador de Japón sobre el auténtico motivo del folklore japonés, y consultaba a actrices niponas, que estaban en gira en Milán, sobre la forma en la que debía comportarse Madama Butterfly.

Sin embargo, el fracaso inesperado del estreno obligó al maestro a revisar la obra. Puccini retiró inmediatamente la ópera de cartel y puso a trabajar a sus libretistas. Dividieron el primer acto en dos, modificaron algunos detalles de éste como la escena de la boda, presentación de los padres, episodio del tío borracho, etc., también agregaron la romanza de Pinkerton en el último acto y el célebre preludio con coro de boca cerrada. Tras tantas modificaciones, la diferencia entre la versión original estrenada en la Scala y la cuarta representada en París es notable, solo los recortes de la partitura cuentan 461 compases.

Naturalmente Puccini y sus libretistas consiguieron perfeccionar la ópera. Dice Sartori: "El texto es bastante bueno y agradable, una vez aceptado el núcleo de la trama, cuyo único defecto es tal vez un sabor excesivamente exótico. La acción está bien desarrollada, con lógica firme y bien encadenada, y el diálogo es ágil y elegante. La realidad psicolígica de los personajes está bien respetada, a diferencia de lo que sucede en Tosca, y hasta las figuras seundarias tienen cierta poética vivacidad. Incluso el tenor está bastante bien retratadao en su obtusa vulgaridad de marino americano en busca de aventuras."

Por último, no podemos olvidar el libreto que nos ha dejado una enigma sin resolver. Después de "Il Trittico" Puccini buscó, en vano, el argumento para su nueva ópera durante dos años. Esta situación desesperada cambió cuando surgió el tema de Turandot en una comida con Giuseppe Adami, el libretista de "La Rondine" y "Il Tabarro", y Renato Simoni, que había adaptado esta historia para una obra de Teatro. El argumento tenía todo lo necesario para seducir a un compositor enamorado del exotismo: una protagonista, y posibilidades de crear papeles con carácter humano y profundidad psicológica, inspirados en la "Commedia dell'Arte" : Ping, Pang, Pong.

Adami y Simoni pusieron enseguida a trabajar, mientras Puccini empezó a buscar melodías chinas, fotografías y dibujos de trajes orientales. Sin embargo, como casi todas las veces, el compositor no estaba contento con el borrador que le dieron en al Navidad de 1920, creyó que el primer acto era demasiado largo y exigió cortes radicales. Un mes más tarde, tras las modificaciones el maestro ya estaba satisfecho. Escribió a Riccardo Schnabl "Turandot está cobrando proporciones y valores fantásticamente hermosos. Adami y Simoni están haciendo y harán un excelente trabajo. Será un libreto hermoso y sobre todo original, lleno de colorido, sorpresas y emociones."

En los primeros esbozos Liu no estaba condenada a morir, pero después de dos años de trabajo, Puccini comprendió que Liu debía morir si quería resguardar la cohesión tanto dramática como musical de la obra. Escribió a Adami "Esta muerte podría servir para neutralizar la frialdad de la princesa"

El compositor empezó a escribir el primer acto en 1 de Enero de 1921 y terminó la orquestación del primer acto en Noviembre de 1922. Mientras trabajaba en la orquestación del segundo acto al final de 1923, un dolor de garganta y tos persistente empezaron a darle problemas. Sin embargo, el maestro decidió ignorarlo. En Febrero de 1924 completó el segundo acto. Durante los siguientes meses, Puccini trabajó rápidamente en la orquestación del tercer acto hasta la muerte de Liù. Con un dolor cada vez más intenso, Puccini decidió consultar al médico. Al principio le diagnosticaron una inflamación reumática de la garganta. En el otoño de 1924, Puccini empezó a trabajar con Toscanini, que iba a ser el director del estreno.

Sin embargo, faltaban dos escenas después de la muerte de Liù, porque el maestro quiso esperar al texto definitivo del dúo de Turandot y Calaf para escribir la transformación en la personalidad de la princesa. Puccini aceptó, por fin, la cuarta versión del texto de dúo del libretista Adami en 8 de Octubre de 1924, dos días antes de que le diagnosticaran un cáncer de garganta, la enfermedad que le mató unas semanas después. El compositor fue ingresado a una clínica en Bruselas el día 4 de Noviembre. No obstante, siguió trabajando en "Turandot". El día 24 del mismo mes fue operado, pero cinco días después, falleció a causa de una insuficiencia cardíaca.

Al morir el 29 de Noviembre de 1924, dejó 36 páginas de bocetos del dúo, la última escena y una pregunta que nadie sabría contestar "¿Cómo hubiera terminado el maestro esta ópera?"

* BIBLIOGRAFÍA:

PUCCINI, Ernst Krause, Alianza Editorial
PUCCINI, Eleonore Clausse, Espasa-Calpe
ÓPERA, Andras Batta, Sigrid Neef, Könemann
Colección Orbis Fabbri

 

Nota de la redacción: Para saber más pinchen en la siguiente dirección.
http://www.geocities.com/airepuccini/