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Número 12º - Enero 2001


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VOCES DE HOY EN SONY CLASSICAL (II)

Por Ignacio Deleyto Alcalá. Lee su curriculum.

Viena, fin de siglo.

La capital del amarillo imperial, de la K. u. K.*, de las Artes, de la diversidad más elocuente, de las contradicciones, de los influyentes judíos y también del antisemitismo más ideológico...

Durante los primeros años del siglo XX, Viena se había convertido, y no por casualidad, en uno de lo principales centros culturales del mundo: la música, la pintura, la arquitectura y la literatura habían transformado a la caleidoscópica ciudad imperial de Francisco José en una obra de arte integral. Hagamos un rápido repaso a los principales nombres: en pintura encontramos al triunvirato de artistas encabezado por el fundador de los "secesionistas"**, Gustav Klimt (cuya obra más famosa "El Beso" ilustra con frecuencia portadas de discos***), seguido por Egon Schiele, particular expresionista autor de angustiosos retratos y, finalmente, Oskar Kokoschka, otro original expresionista en cuyo arte se funden varias tendencias y, en ese sentido, un buen ejemplo de lo vienés. Entre los arquitectos podemos destacar a Otto Wagner, Adolf Loos, padrino del funcionalismo y Josef Hoffmann. También hombres de letras como el recalcitrante y satírico Karl Krauss, Arthur Schnitzler, uno de los mejores diseccionadores de la compleja sociedad vienesa, Robert Musil y Heimito von Doderer, sólo por citar algunos nombres. Sin olvidar a Siegmund Freud, aunque sus escritos fueran mayormente rechazados en la Viena de su día. ¿Y en la música...? pues, de una envidiable tradición cuyos mayores exponentes en el reciente pasado habían sido Schubert y la familia Strauss y Lanner -pozo inagotable de inspiración vienesa- seguidos por Brahms, Bruckner, Wolf y Mahler hasta llegar a la Segunda Escuela Vienesa con Schönberg, Berg y Webern. Un verdadero crisol de tendencias, estilos y teorías. Una riqueza que nunca más volvería a darse cita en un solo lugar.

Viena, en el cambio de siglo, una ciudad vieja y moderna, políglota y multicultural, exponente de las tradiciones más arraigadas y del futuro más transgresor. En palabras de Joachim Riedl: "Viena, el laboratorio de la modernidad". Y, en medio de la ciudad, a lo largo de la Ringstrasse, otra joya arquitectónica, el edificio de la Ópera Imperial a cuyo mando, en 1900, estaba un judío admirado y odiado, inflexible y dictatorial, poderoso y genial, el nacido en Bohemia y "tres veces apátrida", Gustav Mahler.

El disco, objeto de esta breve introducción que espero sepáis perdonar, nos presenta obras cuyo estilo se enmarca mayormente en esta vibrante época: Lieder de Gustav Mahler, Alma Mahler y Erich Korngold. Protagonizado por la mezzosoprano austriaca, Angelika Kirchschlager, supuso su debut en solitario y ha sido reeditado por Sony hace poco en nuestro país (SK 68344).

Angelika Kirchschalger nació en Salzburgo y fue alumna del recientemente desaparecido, Walter Berry. Asociada a la Ópera de Viena, es una de las mezzos de mayor renombre en la actualidad. Nuestro primer contacto con la Kirchschlager fue en una correcta Dorabella en producción de la Ópera de Viena de 1995 bajo la dirección de Riccardo Muti con el que ha hecho bastante Mozart.

Estamos ante una mezzo ligera (con frecuencia su timbre nos revela a una soprano encubierta). Mejor en los agudos que en los graves y con un centro portentoso, su canto sin afectación y directo no siempre consigue emocionar pero resulta gratificante para el oído.

Lo más destacable de este registro son los Lieder und Gesänge de Gustav Mahler, obra de la que hay pocas grabaciones. Consta de tres cuadernos que reúnen cinco, cuatro y cinco piezas. El primer cuaderno es bastante anterior (1882-83) a los otros dos (1888 y 1890 respectivamente). Mahler fue ante todo un compositor de canciones y en ellas nos revela lo mejor de sí mismo. Sin alcanzar la fuerza de los Lieder eines fahrenden Gesellen, también de juventud, este ciclo que nunca ha alcanzado la fama de otros posteriores tiene, sin embargo, personalidad propia. La mezzo austriaca lo interpreta con dedicación y atención al detalle, dominio vocal y precisión. Su identificación con el texto es evidente. El pianista, Helmut Deutsch, hace un acompañamiento más que correcto.

Otra de las obras de interés aquí recogida es Songs of the clown de Korngold basadas en una comedia de Shakespeare. Estas breves canciones escritas en inglés son un buen exponente de esta combinación de lo antiguo y lo moderno, Kirchschlager demuestra que el idioma no es para ella una barrera y hace una interpretación segura y expresiva (deliciosa la canción "Hey, Robin").

Alma Mahler ensombrecida por su matrimonio con el compositor y más conocida por sus múltiples relaciones y devaneos con importantes personajes de la época como Gustav Klimt que la siguió por media Europa, Alexander von Zemlisky, Oskar Kokoschka, etc. fue, además de "la mujer más bella de Viena", una mujer culta, pianista de talento, compositora y amiga de intelectuales y artistas. (Alban Berg, por ejemplo, le dedicó su ópera Wozzeck). Llegó a publicar una razonable cantidad de canciones de la que tenemos una buena muestra en este disco. Son seis piezas enraizadas en el post-romanticismo con cierto aire decadente y un gusto por inesperadas disonancias. En definitiva, un buen disco con repertorio poco trillado en interpretación de una voz que es algo más que bonita.

El último disco en solitario de Angelika Kirchschlager es una colección de canciones de cuna clásicas y tradicionales titulado "When the night falls" ("Al caer la noche", SK 61768). La variedad es la nota dominante de las veinte canciones elegidas para la ocasión. Desde Haydn, Mozart, Weber, Schubert y Brahms (no podía faltar su archiconocida "Wiegenlied") pasando por Zemlisky, Falla, Montsalvatge hasta llegar a Copland, Canteloube, Menotti, y Kertsman, entre otros. Sony se ha puesto de gala para esta grabación pues la mezzo austriaca se ve arropada por distinguidos músicos como John Williams, guitarra; Helmut Deutsch (para el repertorio alemán) y Roger Vignoles (para el resto), pianos; Yuri Bashmet, viola. Además de contar con la colaboración de un conjunto de cuerda para ciertas canciones.

Sería delicado hacer una valoración de las obras individualmente porque la diversidad es tal que casi parece más coherente adoptar una postura más global. Y, en ese sentido, el disco es recomendable pues está interpretado con buen gusto, perfecta dicción, gran dosis de expresividad y notable esfuerzo (ella canta en más de cinco idiomas; entre ellos, provenzal y galés, ¡ahí es nada!). Otra cosa sería analizar y comparar los lieder más conocidos pertenecientes al repertorio. Ahí la Kirchschlager no llega a convencer del modo que hace una Brigitte Fassbaender, por ejemplo, en el bellísimo Wiegenlied D 867 de Schubert. La riqueza de matices, la capacidad expresiva y la intachable línea de canto de la alemana no resiste la comparación con la austriaca que, a todas luces, ofrece una lectura más pobre y plana de la obra. Sin embargo, no pensamos que sea así como debamos afrontar este disco que, como queda dicho, es una excelente recopilación de "nanas" en boca de una joven artista de talento.

Pobre la documentación ofrecida por Sony. A un artículo irrelevante, ñoño y aburrido, se une una completa falta de información sobre las obras lo cual en un disco de este precio, orientado a un comprador de música clásica, es grave. Por ejemplo, en la pista nº 14 aparece: Brahms "Sandmännchen". Esta popular canción alemana infantil cuenta la historia del duende que lleva los sueños a los niños en forma de arena espolvoreándoles los ojos con ella mientras duermen. Se podría haber añadido para situarla en su contexto que está recogida en la colección de 14 Volkskinderlieder de Johannes Brahms con el nº 4. Y así ocurre con el resto, compositor, título y nada más. Como contrapartida, digamos que la toma de sonido es modélica y nos permite disfrutar ampliamente de estas canciones que probablemente nunca hayan sonado tan bien.

Notas:

* Iniciales de "Kaiserlich und Königlich" (Imperial y Real), adjetivo concedido a establecimientos proveedores de la Monarquía Imperial. Todavía hoy se puede ver en Viena locales que ostentan semejante distintivo como la prestigiosa confitería vienesa Demel .

** Grupo de artistas vieneses que en 1897 reaccionaron contra el arte academicista. Su objetivo era lograr una nueva unidad de todas las artes favoreciendo un estilo altamente decorativo. "Sezession" es el nombre de un edificio vienés hecho por J. M. Olbrich, símbolo del nuevo arte. El secesionismo está relacionado con el Art Nouveau francés y hasta cierto punto con el Modernismo español.

*** Por ejemplo, el Tristán/Barenboim (Teldec) o el Romeo y Julieta de Prokofiev/ Salonen (Sony). Otros cuadros de Klimt como "Las Muchachas" son portada en la 3ª Sinfonía de Mahler/Mehta (Sony) o en la Noche Transfigurada de Schönberg/Barenboim (Teldec)